
¡No estás sol@!
“A veces siento como una loza pesada en los hombros, pero recuerdo que estoy a cargo de todo esto y hago que no pasa nada”, fue lo que externó una colega en el webinar que tuvimos recientemente Nuestra salud emocional y la de nuestros equipos en tiempos de COVID-19.
La plática, destinada a compartir mejores prácticas en este ámbito, sirvió también de catarsis para los Directores y Gerentes de Recursos Humanos y de Responsabilidad Social de más de 5 países de Latinoamérica que nos dimos cita.
Y tal vez era de esperarse, pues la primera encuesta realizada a los asistentes en ese momento, reveló que el bienestar mental y psicosocial era de las mayores preocupaciones de las organizaciones, pero paradójicamente, de los que menos estaban siendo atendidas. (Ver gráfica 1)
Avanzando en la charla iban compartiendo las estrategias que están llevando a cabo en este terreno; tanto en grandes corporativos como en pequeñas y medianas empresas (PYMEs), así como de diversos sectores.
Quizás inesperada fue la pregunta que lanzamos en cuanto a su sentir como responsables de las acciones de respuesta ante la pandemia, sin embargo, fueron respondiendo con mesura, pero con sinceridad y confianza como líderes disruptivo humanistas que son.
El temor al contagio fue generalizado. El agotamiento emocional fue de los punteros y no fue asombro pues, aunque muchos tienen una extensa y fructífera carrera, nunca nos habíamos enfrentado a tan compleja situación. (Ver gráfica 2)
Quizá pocos caemos en la cuenta que el estar al frente de las acciones de gestión ante la pandemia, además de experimentar lo que todo colaborador experimenta, tenemos adicionales preocupaciones por ser los responsables del bienestar de decenas o cientos de colaboradores o beneficiarios, más el de sus familias.
Probablemente tampoco nos hemos percatado que este agotamiento mental, emocional y físico nos puede llevar a tener consecuencias mayores, como el síndrome de agotamiento laboral (burnout), considerado ya como enfermedad por la OMS.
Esta situación no sería preocupante si al menos estuviéramos llevando un juicioso cuidado de nuestra propia salud, pero otro de los sondeos realizados en la sesión mostró que poco más de la mitad no están haciendo algo en específico por su propia salud. (Ver gráfica 3)
Y es que como externó otro colega; “tendemos a anteponer el bienestar de los demás ante el nuestro”. No nos damos cuenta que al descuidar nuestra salud estamos arriesgando el bienestar de los demás; el de colaboradores, nuestra familia y los que son receptores de nuestra labor como líderes de RH, RSC, y afines. Es contradictorio pero real.
Asi que, si te sientes identificado con alguna de estas situaciones, te digo algo:
¡NO ESTÁS SOL@!
Pues dicho por otra asistente;
“Esta pandemia nos ha enseñado a ser solidarios y apoyarnos entre colegas, aún de empresas competidoras, pues este virus no sabe de cargos, industrias o egos profesionales”.
¡Bravo por eso!
En algunos países aún no hemos regresado a las oficinas y ya estamos viviendo los estragos en carne propia. Lo que nos depare el regreso laboral dependerá de qué tan preparad@s estemos en todo sentido. Sigamos compartiendo nuestro sentir y nuestras experiencias, sigamos aprendiendo de las de los demás.
Continuaremos organizando charlas entre colegas de iberoamérica para promover una nueva normalidad empresarial más humanizada. ¡Te invito a que te sumes!